martes, 7 de mayo de 2013

Factores Que Conducen A La Anorexia y Trastornos De La Alimentación



¿Te sientes obsesionada con el tema de la comida y has  llegado incluso a pasar el día en ayunas o saltear comidas deliberadamente?

Quizás hayas encontrado la manera de deshacerte de los alimentos que consumes yendo de inmediato al baño cada vez que comes provocándote el vómito, tomando laxantes para purgarte o pastillas para adelgazar.

Si estas conductas han vuelto habituales en ti, es probable que estés experimentando algún trastorno de la alimentación, podría ser anorexia o bulimia y las consecuencias de estas enfermedades pueden repercutir gravemente sobre tu salud, por ello es necesario que identifiques estos problemas, los reconozcas y busques ayuda para salir de esta situación.

Generalmente los trastornos de la alimentación son más comunes en las mujeres, especialmente en las adolescentes y las causas que llevan a estos trastornos pueden ser varias. Está comprobado que ciertas deficiencias de vitaminas y minerales pueden conducir a la anorexia.

Estas deficiencias en el organismo son provocadas por dietas extremas que se siguen por un período de tiempo prolongado y con el tiempo  pueden desencadenar trastornos de la alimentación.

Uno de los nutrientes fundamentales para el cuerpo es la vitamina B1. Esta vitamina sólo puede obtenerse al ingerir hidratos de carbono y el cuerpo no puede producirla por sí mismo.



Las personas que siguen dietas restrictivas rara vez consumen el grupo de alimentos que contienen vitamina B1 como granos enteros, semillas, frijoles, verduras y carnes.



¿Cómo puedes reconocer si tu cuerpo experimenta deficiencia de vitamina B1?

Algunos síntomas comunes de la deficiencia de esta vitamina son:

Pérdida de peso
Pérdida del apetito
Dolor abdominal
Estreñimiento
Fatiga
Depresión
Ansiedad
Dolores en el pecho
Insomnio o apneas
Irritación
De este modo, cuando caen los niveles de vitamina B1, tu organismo puede encontrarse en peligro. Esta deficiencia puede desencadenar en un trastorno de la alimentación como la anorexia.

Ante la deficiencia de esta vitamina, una vez que se presentan estos síntomas, la dieta se vuelve sencilla, pues la persona simplemente ya no tiene apetito. Lo que se pierde no sólo es grasa corporal, sino músculo, huesos y tejido cerebral. Por esta razón es fundamental que reconozcas que tienes un problema de alimentación y comiences a buscar una solución para recuperar tu salud y tu autoestima.



El zinc, un mineral fundamental para una alimentación saludable

El zinc es uno de los oligoelementos que más abundan en el cuerpo. Cuando hay deficiencia de este mineral, sencillamente se pierde el apetito. De este modo, ante la deficiencia de zinc el cuerpo se vuelve incapaz de detectar sabores como la dulzura extrema, los sabores picantes o el exceso de sal. Este mineral se encuentra presente en la carne roja, yema de huevo, semilla de girasol.

La falta de zinc también provoca en el cuerpo apatía, retardo en el crecimiento, letargo e interrumpe el desarrollo sexual. Es por ello que la mayoría de los tratamientos de recuperación ante la anorexia y otros trastornos de la alimentación consisten en suministrar a los pacientes una dosis determinada de zinc a fin de que recuperen el apetito.

Fundamentalmente durante la adolescencia es importante que el cuerpo reciba cantidades suficientes de este mineral, ya que durante la pubertad, el desarrollo reproductivo se encuentra en su apogeo y el zinc es fundamental tanto para la función reproductiva, como para el apetito, la claridad mental y el buen funcionamiento del sistema inmunológico.

Por ello, es importante aumentar las cantidades de zinc en la dieta habitual, además de los nutrientes necesarios para el crecimiento, ya que si no se cuenta con los nutrientes y minerales que el cuerpo necesita, el apetito sencillamente desaparece y; además de afectar emocionalmente, una de las consecuencias en la que puede terminar la deficiencia de estos minerales y nutrientes son los trastornos de la alimentación.

¿Cómo Saber Si Tengo Anorexia?


La anorexia es un trastorno de la alimentación que se concentra en patrones de alimentación poco saludables y una imagen corporal distorsionada. Generalmente las personas afectadas por esta enfermedad restringen la ingesta de calorías y llegan a obsesionarse con los alimentos que consumen.

Como consecuencia, se puede perder el peso saludable y alcanzar un nivel peligroso de índice de masa corporal. A continuación te doy una lista de características propias de la anorexia, sí te sientes identificada con varias de ellas, es muy probable que tengas anorexia o algún trastorno de la alimentación. Lee con atención y sé sincera contigo misma:

Te preocupa el contenido de grasa de los alimentos, las calorías de los mismos y sueles restringir la cantidad de calorías que ingieres.
Compruebas obsesivamente las etiquetas de los alimentos y pesas las porciones que vas a comer.
A pesar de que eres delgada, llevas una dieta restrictiva e incluso tienes una lista de alimentos que no puedes comer.
Le has dicho a otras personas que eres celíaca, intolerante a la lactosa e incluso vegetariana para excluir más alimentos y calorías de tus comidas.


A pesar de que dedicar gran parte del tiempo a pensar en la comida, sólo ingieres una pequeña cantidad. Prefieres cocinar para amigos y familiares y disfrutar de su percepción de tu comida, también disfrutas planificar menús o buscar recetas.
Te sientes obligada a llevar rituales secretos durante tus comidas. Por ejemplo como cortas la comida, masticar un número determinado de veces cada bocado, comer en un plato especial, etc.
Evitas comer con regularidad y ocultas esta situación de las personas que te rodean. Por ejemplo, diciendo que no te sientes bien, que has comido con anterioridad una comida copiosa o diciendo sencillamente que no tienes hambre.
Has dejado de realizar actividades que solían ser importantes para ti para evitar la posible ingesta de alimentos. Por ejemplo has dejado de ver a tu familia o amigos, salir o disfrutar de paseos.
Te aterroriza subir de peso, te sientes gorda o consideras que algunas partes de tu cuerpo están demasiado gordas como por ejemplo las caderas, los muslos y el estómago.
Te niegas a reconocer que tu peso es demasiado bajo, que puede convertirse en un problema y escondes tu figura debajo de ropa holgada o bebes abundante cantidad de agua antes de que te pesen para disimular tu peso real.
Sí te sientes identificada con más de una de estas afirmaciones, es probable que tengas anorexia o algún otro trastorno de la alimentación. La negación a este problema es muy común y es natural que te niegues a ti misma lo que está sucediendo y lo ocultes a los demás.

Algunas de las conductas defensivas que podrías experimentar son las siguientes:

Negar la importancia del bajo peso corporal y como repercute el mismo con tu estado de  salud.
Criticar a quienes te rodean por intentar hablarte de tus hábitos de alimentación
Ocultar la enfermedad de tus seres queridos
Echarle la culpa de tu desorden de la alimentación a personas o situaciones como por ejemplo: afirmar que no puedes comer porque tu trabajo es demasiado estresante.
Por favor, recuerda que la ANOREXIA es el más peligroso de los trastornos de la alimentación e incluso podría llevarte la muerte. Para vencer enfermedad necesitas determinación y un tratamiento apropiado. No dejes pasar más el tiempo, asume tu condición y busca ayuda ya mismo, tu vida puede cambiar y un futuro mucho mejor aguarda por ti.

Cómo Saber Si Tu Hija Tiene Trastornos Alimenticios


Como madre, la salud de tus hijos y su bienestar es uno de los temas más importantes de tu vida. Por ello, si tienes una hija que está entrando en la adolescencia o ya es adolescente crees que podría tener algún trastorno de la alimentación, es fundamental que comprendas esta enfermedad y que sepas además que la misma requiere de un tratamiento apropiado.

Los trastornos alimentarios más comunes son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Estos trastornos pueden darse por separado o juntos en la misma persona. Recuerda que una persona que padece un trastorno alimentario no necesariamente es extremadamente delgada, algunas personas que tienen trastornos de la alimentación  tienen sobrepeso.



Pero ¿qué es lo que ocasiona los trastornos de la alimentación y que puedes hacer para evitarlos?

En realidad, son muchos los factores los que pueden llevar a trastornos alimentarios. Uno de los principales factores de riesgo es la dieta, particularmente las dietas severas ya que en los últimos años, 2/3 de los nuevos casos de trastornos de alimentación se han desarrollado como consecuencia de estas dietas extremas.





Si quieres saber si tu hija podría tener un trastorno de la alimentación, debes prestar atención a las siguientes conductas, signos y síntomas:

Se niega a comer o ingieren porciones de alimentos muy pequeñas.
Tiene mucho miedo de verse gorda
Practica ejercicio en exceso
Esconde la comida
Come en secreto
Luego de comer va rápido al baño
Presenta grandes cambios en el peso tanto hacia arriba como hacia abajo.
Se aísla socialmente
Últimamente se ha vuelto irritable
Oculta la pérdida de peso utilizando ropa holgada
No se preocupa por la pérdida de peso extrema
Tiene una menstruación irregular
Padece de cólicos en el estómago
Tiene mareos e incluso desmayos
Tiene frío todo el tiempo
Tiene la piel seca
Si tiene cortes y callosidad es en la parte superior de las articulaciones del dedo como consecuencia de provocar el vómito
Si tiene cabello seco y quebradizo
Caries o dientes amarillentos como consecuencia del vómito
Debilidad muscular y calambres frecuentes
Piel amarilla
Si tu hija presenta más de uno de estos síntomas es probable que esté atravesando algún trastorno de la alimentación. Lo que necesita de inmediato es un tratamiento que le permita salir de esta situación y pueda recobrar su estado de salud
    
Es probable que te estés preguntando cómo puedes ayudar a tu hija a reconocer y abordar su trastorno de alimentación.



¿Cómo puedo ayudar a mi hija?

 De una manera tranquila y cariñosa, puedes decirle a tu hija las conductas en ella que has percibido, de este modo le harás saber que estás interesada por lo que está sucediendo. 
Puedes decirle por ejemplo: "estoy preocupada por ti pues no has almorzado esta semana".

Pon atención a lo que tu hija tiene por decir. Generalmente las adolescentes que tienen trastornos de la alimentación se sienten temerosas,  avergonzadas e incluso pueden llegar a pensar que la vida es algo que no tiene importancia.

En caso de que tu hija niegue que tiene trastornos de alimentación y diga que la forma en la que se alimenta no tiene nada de malo, dile que lo único que quieres es ayudar. Es probable que tengas que acercarte a ella varias veces hasta que reconozca que tiene un problema.

Cómo Detectar Si Padeces De Trastornos De La Alimentación


Es natural que la alimentación saludable y el control de peso sean una preocupación fundamentalmente para las mujeres. Sin embargo, cuando estas preocupaciones pasan la barrera de lo saludable, pueden llegar a convertirse en trastornos alimentarios.

Algunas personas se someten a dietas extremas y por ello pueden llegar a desarrollar anorexia. Otras personas, en exceso provocándose "atracones”.

Por otro lado, hay personas que tienden a purgar su cuerpo a fin de expulsar los alimentos que han consumido mediante ejercicio forzado, vómitos, ingesta de laxantes o una combinación de todas estas acciones. Esto se conoce como bulimia.

Entonces ¿cómo saber si padeces de uno de estos trastornos de la alimentación?

Lo cierto es que hay ciertos signos que pueden darte un indicio de que tienes un problema de la alimentación.




A continuación te paso una lista de signos que debes considerar, si te sientes identificada con más de la mitad de estos indicios, es probable que padezcas de un trastorno de la alimentación.

Obsesión con el peso y la comida. Si piensas únicamente en la comida y este es tu único tema de conversación. Si cuentas las calorías y calculas los gramos de grasa que contiene lo que comes. Si te obsesiona tu peso y quieres verte extremamente delgada.
Si haces ejercicio en exceso, todo el tiempo incluso cuando te sientes agotada o cuando estás enferma.
Si evitas estar con personas o amigos durante las comidas.
Si has comenzado a utilizar ropa holgada como una manera de ocultar tus formas y tu cuerpo.
Si te sometes a dietas extremas o restrictivas. Por ejemplo, dietas en la que sólo se puede comer vegetales crudos o sopas claras.
 Si cortas los alimentos en trozos pequeños, separas la mitad de la comida que hay en el plato y juegas con ella en lugar de comer.
Si vas al baño con mucha frecuencia, fundamentalmente luego de las comidas y te provocas el vómito, o luego de comer ingieres laxantes para expulsar toda la comida que recibió tu cuerpo.
Si te ves gorda a pesar de que hayas perdido bastante peso o estás obsesionada con algunas partes de tu cuerpo que no te gustan como tu estómago, glúteos, piernas etc. hasta el punto en exceso.
Si estás siempre a la defensiva cuando te hablan de tus hábitos de alimentación o del peso que has perdido.
Si consumes laxantes, esteroides o suplementos a base de hierbas para perder peso.
Si te ves muy pálida, tienes tendencia a tener moretones con facilidad o si constantemente tienes más frío de lo habitual, este es un signo de que tienes un trastorno de la alimentación, ya que el frío es un síntoma de la insuficiencia ponderal.
Si has respondido que si a la mayor parte de estas preguntas, es muy probable que estés atravesando algún trastorno de la alimentación y es fundamental que además de reconocerlo, busques ayuda de inmediato para salir de esta situación.

Ten en cuenta que los trastornos de la alimentación pueden conducir a enfermedades físicas y psicológicas muy graves y esta obsesión que tienes con tu cuerpo es un síntoma de algo que está afectándote  emocionalmente.

Si bien muchas personas se sienten exitosas y sienten que tienen el control cuando se vuelve más delgadas, padecer un trastorno de la alimentación puede hacer que te enfermes gravemente e incluso podría llevarte hasta la muerte.